El tema de la película es la redención, aunque también se tratan los prejuicios y la multiculturalidad.
La manera de morir es una metáfora de que el protagonista muere por redención, se sacrifica para salvar a Tao al igual que Cristo murió por salvarnos a nosotros.
El título viene dado por el coche Gran Torino del personaje de Eastwood, que será un nexo en la relación de Kowalski y Tao.
Kowalsky ve en los hmong una amenza a América. Los ve como unos bárbaros que amenazan todo lo estadounidense. También les recuerda a la guerra de Corea.
Kowalski y su familia están distanciados debido a la actitud de estos hacia él; lo ven como un estorbo, un gruñón tozudo y maniático estancado en el pasado. Su familia quiere internarlo en una residencia para mayores, y solamente pretenden sacar beneficio de él.
La táctica que usa el padre Janovich es no separarse de Kowalski pase lo que pase, tratando de buscar un momento en el que este acceda a sus deseos.
La relación evoluciona de una relación fría y distante hacia una relación de aprecio mutuo entre ambos. No obstante, Kowalski nunca se deja aconsejar realmente por el sacerdote, lo que le conducirá a la muerte.
El sacerdote evoluciona de ser un mero pastor a preocupase realmente de la complicada situación de Kowalski. Además, va descubriendo que todo lo que aprendió en el seminario es más complicado de la que parecía.
Me parece una escena realista. Es una confesión normal y corriente. Lo único de consideración son los pecados que había cometido Kowalski a lo largo de su vida; unos más graves y otros muy inocentes.
Ha aprendido que él no sabía nada de la vida y la muerte.
Una escena concisa, breve y eficaz. No sabría decir si se trata de un guiño del director a la sabiduría oriental o es otra forma de explicar que la vida de Kowalski había sido dura.
Eastwood nos ofrece la imagen del sacerdote preocupado por su rebaño (en la jerga estadounidense) que no dudurá en hacer todo lo posible por ayudar al prójimo.
En el sentido de que yo también soy católico, y como tal debo de preocuparme por los demás. Asimismo, no se nada de la vida ni de la muerte.
La manera de proceder del padre Janovich podría acabar con la paciencia del mismísimo Santo Job. No obstante, asu intención es buena y solamente quería hacer lo correcto y cumplir la promesa de la señora Kowalski. No obstante, creo que sí, que ha sido la más apropiada.
Ambas están rodadas y protagonizadas por Clint Eastwood, ambas son dramas y en mabas hay un profundo significado de la muerte.
¿Adónde vas? sería traducido el título de la novela polaca Quo Vadis de Henryk Sienkiewick. Puedo formularme la pregunta en todos los idiomas que quiera, pero tengo que saber responderla antes de junio.
domingo, 9 de enero de 2011
martes, 4 de enero de 2011
La subjetividad de la vida
Para los creyentes la da Dios, para los ateos y escépticos es la unión de un óvulo y un espermatozoide y para los paranoicos es el resultado de una conjura judeo-masónica junto a los extraterrestes. Todo esto sería, a grandes rasgos, la creación de la vida. ¿Y el relleno, el interior? El interior se configura en base a lo vivido. No obstante, hay dos formas de tratar las experiencias que Dios o la vida misma nos ofrece.
Para ciertas personas, todo en la vida es oportunidad y alegría. El sujeto en sí mismo es capaz de todo, los justos vencen a los necios, reinan los buenos sentimientos, tiene fe en el ser humano. La vida es un libro a rellenar, con albas páginas dispuestas a preñarse de las más grandes acciones. Tiene amor, carisma, se propone todo lo que quiere, se siente imparable, dispuesto a sobresalir en la sociedad. ¡Y aunque no sobresalga! Todo le parece tan maravilloso y susceptible de cambiar a mejor que por él no habrá pájaro de mal agüero en su claro cielo.
Para otras, no obstante, la vida es un valle de lágrimas. El sujeto en sí mismo no vale nada porque es un ser humano porque en el ser humano no se puede confiar. Solamente triunfan los otros. Son otros a los que le sonríe el amor, son otros los que tienen mejor trabajo, son otros que pueden vanagloriarse de dirigir tu vida desde el puesto de jefe. ¿A qué están en el mundo, sino a cumplir una serie de desgracias infinitas que son templadas por alguna alegría que al poco se torna en pena, o no era mas que un mero espejismo? Todo es, en fin, atrapar un rayo de luna conocido como felicidad.
Y yo ahora digo que ambos prismas de visión están equivocados, errados, alejados de la verdad, son erróneos. Los primeros pecan de cándidos, pues en la vida hay cosas que son puramente malas, sin matices, y simplemente hay que asumirlas. Y los segundos son una mezcla heterogénea de desilusionados, desencantados y gente en la cual se ceba la desgracia y son incapaces de ver más allá de ello. Me pregunto ahora, ¿qué es la vida, sino una sucesión de acontecimientos y decisiones? Que sean cosa de Dios, el azar, la sociedad o los extraterrestes no quita que al final todo sea una amalgama de situaciones, una única realidad, que el sujeto clasificará como “oportunidad para mejorar” o “pena de esta desgraciada vida”. Y al final, justo antes de que el hombre deba de abrir las brónceas puertas de la muerte, deberá mirar atrás para reafirmarse o arrepentirse de su posición tomada para con la vida.
Y, como bien dicen en "La vida de Brian", ¿Qué vas a perder? Viniste de la nada y vuelves a la nada. ¡No pierdes nada!
Para ciertas personas, todo en la vida es oportunidad y alegría. El sujeto en sí mismo es capaz de todo, los justos vencen a los necios, reinan los buenos sentimientos, tiene fe en el ser humano. La vida es un libro a rellenar, con albas páginas dispuestas a preñarse de las más grandes acciones. Tiene amor, carisma, se propone todo lo que quiere, se siente imparable, dispuesto a sobresalir en la sociedad. ¡Y aunque no sobresalga! Todo le parece tan maravilloso y susceptible de cambiar a mejor que por él no habrá pájaro de mal agüero en su claro cielo.
Para otras, no obstante, la vida es un valle de lágrimas. El sujeto en sí mismo no vale nada porque es un ser humano porque en el ser humano no se puede confiar. Solamente triunfan los otros. Son otros a los que le sonríe el amor, son otros los que tienen mejor trabajo, son otros que pueden vanagloriarse de dirigir tu vida desde el puesto de jefe. ¿A qué están en el mundo, sino a cumplir una serie de desgracias infinitas que son templadas por alguna alegría que al poco se torna en pena, o no era mas que un mero espejismo? Todo es, en fin, atrapar un rayo de luna conocido como felicidad.
Y yo ahora digo que ambos prismas de visión están equivocados, errados, alejados de la verdad, son erróneos. Los primeros pecan de cándidos, pues en la vida hay cosas que son puramente malas, sin matices, y simplemente hay que asumirlas. Y los segundos son una mezcla heterogénea de desilusionados, desencantados y gente en la cual se ceba la desgracia y son incapaces de ver más allá de ello. Me pregunto ahora, ¿qué es la vida, sino una sucesión de acontecimientos y decisiones? Que sean cosa de Dios, el azar, la sociedad o los extraterrestes no quita que al final todo sea una amalgama de situaciones, una única realidad, que el sujeto clasificará como “oportunidad para mejorar” o “pena de esta desgraciada vida”. Y al final, justo antes de que el hombre deba de abrir las brónceas puertas de la muerte, deberá mirar atrás para reafirmarse o arrepentirse de su posición tomada para con la vida.
Y, como bien dicen en "La vida de Brian", ¿Qué vas a perder? Viniste de la nada y vuelves a la nada. ¡No pierdes nada!
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